Cómo quizás no me sucede con cualquier tema (exceptuando la logística, temas afines a mi profesión y el fútbol), mi afición por el rocanrol hace que se prenda esa llama por consultar, por conocer más. Cual si fuere un especial de esos anunciados con toda la pompa por Nat Geo o Discovery Channel por ejemplo, pasa por mis ojos cuanto documental de rock presenten sin importar si lo había visto una o quince veces y me lo sepa de memoria; da igual: me lo veo con la misma expectativa del primer día.
La constante en este tipo de programas sin importar que lo haya producido la BBC o alguna productora gringa, es que se suele dar un gran valor al aporte del sonido británico en toda esta historia, constituyéndose en precursores y protagonistas de muchos de los más grandes momentos del rock. No sé si la banda a la que dedico este post llegará a ocupar los sitiales del olimpo en el rock de todos los tiempos, pero de lo que si no me cabe duda es que los Arctic Monkeys se han convertido a los largo de sus ya 10 años de existencia en un referente de la escena inglesa, arañando espacios reservados a los más grandes del Reino Unido.
Fue por allá empezando el 2006 cuando, nuevamente motivado por ese inusual espíritu investigativo, me di a la tarea de pillarme qué estaba pasando en el otro lado del charco, luego de la oleada de bandas escandinavas de finales de los 90’s. La sorpresa fue enterarme que había una banda cuyo álbum debut estaba catalogado por la crítica como un digno contendor del primer discazo de Oasis, Definitely Maybe (de hecho, lo superó como el álbum debut más vendido en la historia en la Gran Bretaña). Rebusqué y me encontré en ese entonces con “I Bet You Look Good on the Dancefloor” extraído del Whatever People Say I Am,That's What I'm Not y bastó para darme cuenta de que estaba frente a algo distinto, renovado y muy, pero muy bueno.
Este cuarteto de Sheffield tiene la fórmula para lanzar discos y que todo sea éxito. Sin duda han sabido aprovechar las ventajas que le ha dado internet a las nuevas promesas ya que las descargas de sus primeras canciones se convirtieron en un boca a boca excelente que hizo llamar la atención de las disqueras; pero eso no es sólo con subir unas canciones a la web o grabar el video de alguna presentación; se necesita ratificarlo con buenas letras, buen sonido y una excelente presentación en vivo, elementos que los Monkeys tienen y de sobra.
Favourite Worst Nightmare (2007), Humbug (2009) y Suck It and See (2011) se suman al ya mencionado album debut. Todos llegaron a lo más alto de las listas británicas y trascendieron a otros horizontes incluido el americano, al que a veces le da tan duro reconocer que en otros lados también se hace buena música. Trabajos discográficos que llevan intrínsecos una evolución, que emanan calidad y que lo motivan a uno a subir el volumen o irse de noche de birras en un bar. Para mi el sonido de esta banda es simplemente rocanrol fresco y con alegría. Punto.
Por esas casualidades de la vida a través de la novia de un amigo me enteré hace unos meses de la existencia de The Last Shadow Puppets, el proyecto paralelo de Alex Turner, motor delante y detrás de los Monkeys. Me escuché su primer y único álbum a la fecha The Age of The Understatement del 2008 y me pareció muy bacano (la canción que le da título al disco y “Standing Next to Me” son una buena muestra de ello). Dos bandas con un sonido diferente pero con ese ingrediente en la composición de Turner que lo hace a uno antojar de que venga el segundo trabajo, previsto muy seguramente para este segundo semestre del año luego de que Arctic Monkeys concluya su extensa gira por Europa, Norte y Suramérica.
¿Temas recomendados? Infaltables varias canciones de ese gran debut del 2005 como “When the Sun Goes Down” y “Fake Tales of San Francisco”. En el Favourite Worst Nightmare se destacan entre otras “Brianstorm” y “Fluorescent Adolescent”. “Crying Lightning” y “My Propeller”del 2009, además de “Don't Sit Down 'Cause I've Moved Your Chair” o “Black Treacle” contenidas en su más reciente placa y su nuevo tema “R U Mine?”.
Los monos árticos, la felicidad hecha rock. Muy buen artículo.
ResponderBorrarGracias a ti por leer el post y por tu comentario. Un saludo
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