Todo lo que criticaba en mis tiempos de adolescente, cuando a mis viejos les encantaba jactarse en la añoranza diciendo cosas como “todo tiempo pasado fue mejor”; qué carreta más barata. Lo bueno era lo mío, no lo de antes y siempre iba a ser así, solía decir, algunas veces para mis adentros y otras no tanto. Error!!
Con la seña de una que otra cana me pongo a revisar mi música, mis gustos y pasiones, y como la lengua es el peor azote de la nalga, ratifico que los viejos tenían razón y que sin dejar de desconocer algunas buenas cosas del momento rock actual, siempre termino volviendo al pasado.
Me devuelvo a los 90’s, plagados de buen rock & roll y a los que entré con algo de resistencia pues para mi, los duros siempre iban a ser las bandas exponentes del buen heavy glam. Esta decada me mostró nuevas formas de ver y sentir la música, con grandes bandas que hoy por hoy resurgen. Tal es el caso de Bush, quienes se convirtieron en la primera banda británica poseedora de un sonido post-Nirvanudo por allá en el 94.
Curiosamente los británicos a quienes hay que reconocerles que siempre han estado a la vanguardia en cuanto a géneros musicales (padres del heavy metal, del punk, del brit-pop para dar algunos ejemplos), se habían quedado rezagados en todo ese boom del grunge noventero. Pero ahí estuvieron Gavin Rossdale y sus muchachos para decir presente con “Little Things”, “Comedown”, "Everything Zen" o “Glycerine”, himnos de ese primer trabajo “Sixteen Stone”. Discazo por donde se mire.
A pesar de que sus posteriores trabajos como "Razorblade Suitcase" del 96, “The Science of Things” del 99 y “Golden State” del 2001, no tuvieron el mismo éxito del álbum debut, no nos podemos olvidar de buenos temas como "Swallowed", "Greedy Fly" , "The Chemicals Between Us" o "The People That We Love". Cerveza corrió de cuenta de varios de ellos.
El bajón en popularidad, la consabida separación, el cuarto de hora que le sonrió a Rossdale como solista adulto-contemporáneo y actor (matizado por su estable matrimonio con la líder de No Doubt, Gwen Stefani) y los posibles rumores de la reunión, han marcado la vida de Bush durante los últimos 10 años. Hasta que finalmente la banda soltó la perla en junio de año pasado de que se volvían a reunir, estrenando dos nuevos miembros y lanzando un abrebocas (“Afterlife”) de lo que sería su primer trabajo de estudio desde 2001.
“The Sea of Memories” es el título del álbum regreso de esta insignia noventera y cuyo sencillo “The Sound of Winter” ya lleva varias semanas en las primeras posiciones de las listas. Porque siempre es bueno volver a la añoranza y por qué no, nadar en un mar de recuerdos.
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