Hace unas semanas me
detuve a escuchar una canción que la banda paisa La Doble A grabó junto con el vocalista de Nepentes, (para mi, el gran referente de la escena nacional actual). La canción es "Mañana Nos Retiramos" y gratamente
me sorprendió su sonido, calidad y contundencia, que en lo más mínimo tiene
nada que envidiarle al rock de otras latitudes. Poderosa.
Y es que es
innegable el crecimiento que el rock colombiano, ese "rock criollo" como lo denominaba una amiga hace poco,
ha tenido a lo largo de los años, pero el camino no ha debido ser fácil.
Ha corrido mucho
desde que cuando yo tenía unos 14 años y me enteraba que un grupo de Medellín, Kraken, estaba sonando fuerte en España con su
inolvidable "Vestido de Cristal" y
hasta tenía conciertos en Venezuela. Primer orgullo. Era la época en la que
disfrutaba de bandas que con las uñas se hacían dar a conocer y que abrieron el
camino; la época trash de Ekhymosis, del
buen heavy de Perseo o Kronos; del rock que lo denunciaba todo de la Pestilencia.
Llegaron los 90's y
con ella la exposición en medios, con bandas como Aterciopelados, Estados Alterados
y La Derecha que empezaban a rotar sus
videos de tu a tu con las bandas
reconocidas del continente. Segundo orgullo. Se siguió trazando la ruta para
una escena local cada vez más versátil, numerosa y con un excelente sonido con
bandas como El Pez, La Mojiganga o los
estupendos Bajo Tierra.
El nuevo siglo trajo
consigo la consolidación de un sonido cada vez más global, comercial si se
quiere. Tercer orgullo. Buenas y variadas propuestas capaces de oscilar en
diferentes facetas del rock. Fue ahí donde conocí a Tr3s de Corazón, Superlitio,
Don Tetto; la época en que le di una
oportunidad al buen punk de I.R.A. o Nadie, hasta llegar más adelante a alternativas interesantes incluso en inglés con
grupos como The Hall Effect y Las Pirañas Amazónicas.
Mucho trecho ha
habido desde que en mi época escolar coleccionaba (en cassette) los 2 primeros
álbumes del titán Kraken hasta llegar a
ver como una bandola como Nepentes
teloneaba de manera impecable a Metallica,
lo que les valió hasta para ser invitados a un festival en Canadá organizado
por su majestad, codeándose con leyendas como
Slayer, Anthrax, The Offspring o Twisted Sisters entre muchos otros. Cuarto
Orgullo.