Simplemente me
harté. Me harté hasta el repugno del nauseabundo hedor de la mal llamada
"clase política", porque de seguro la única clase que tiene es la de
la corrupción. Esa no es cualquier clase: nos dan cátedra, nos rematan con un
discurso magistral que nos ponga a cabecear en el salón y aprovechando nuestro
somnoliento estado, nos sacan cuanto tengamos en el bolsillo. Y además, nos
ponen a repetir la materia.
En mi quizás soñador
y quizás inocente corazón, no puedo concebir como alguien que tiene el poder de
hacer cosas en representación de otros (que quizás con la misma inocencia y
mucho de esperanza confiaron en él), desaprovecha esa oportunidad única de dejar
huella en la historia solo porque su jodida ambición se desborda ante tremendos
botines disfrazados de contratos, prebendas y presupuestos, para desembocar en la
satisfacción de sus intereses personales.
Los niveles de
tolerancia política en mi caso, llegaron al punto de la total desesperanza.
Ingenuamente miro el horizonte en todas direcciones mientras que a la par, mi
raciocinio me dice que realmente no hay para donde mirar. Veo con desaliento
sumo, noticias relacionadas con política en cualquier lugar del orbe y me
encuentro con la misma mierda. A nadie le importa lo que pase. Y ni qué decir
cuando miro para el patio de esta adolorida y saqueada casa patria en la que
Dios y doña María V, dispusieron que naciera.
Los excrementos
pululan en el entorno. Cual voraces forajidos del oeste sin antifaz visible, la
carroña politiquera de estas tierras del sagrado corazón se regodea con el
banquete servido por una masa borrega que sigue creyendo en que, el secreto de
la tierra prometida, radica en tener unos tipos que van a hacer todo por ellos
(nada más lejos de la realidad.), mientras no se da cuenta que el poder se
concentra en unas cuantas pocas e influyentes familias desde tiempos
inmemoriales en donde también había que sacar la ventaja por encima de lo que
fuera. En tipos que juegan con nuestro futuro como si se tratara de un juego de
mesa en el que siempre perdemos mientras ellos reparten puestos burocráticos como si
estuvieran dando fichas de un casino del cual son dueños.
Y llegan otros
olores a aromatizar el defecante cóctel: el de los pésimamente llamados
ciudadanos que son capaces de vender su combo doble de conciencia + futuro por
una botellita de licor, un tamal trasnochado y eso si, que haya parranda hasta el amanecer y por ese es que hay que votar
hijuemadre!...Se mezcla con el olor de los que se las dan de eruditos
pontificando con su doctrina política, tachando de ignorantes a los que no
creen en lo que ellos creen y peor aún, peleando batallas en las calles y redes
sociales en favor de una recua de ratas que lo que menos les importan son sus
valientes guerreros de tinta; discusiones estúpidas que se dan mientras el
altar de su creencia se desmorona frente a sus ojos pues la carroña también
pasó por ahí.
Y a los demás, claro
que también nos salpica la porquería. Se esparce sobre los indiferentes que
piensan que por no hacer valer su derecho al voto están haciendo algo, cuando
en realidad su apatía presta la misma utilidad que las tetillas de los hombres.
Le salpica a todos los que simplemente eligen candidatos porque les parece que
habla bonito, se ve bonito o tiene cara de robar menos (lamentable) cuando lo
que realmente hay que hacer es sacar el tiempo para medianamente saber cuáles
son los planes de gobierno y si de manera coherente, este enlaza con sus
valores, creencias, sueños e intereses. Pero ¿eso a quién le importa? No hay
tiempo para eso; hay que consumir la mayor cantidad de realities y narco
novelas posible, hay que rendijear por la ventana mientras le roban el celular
al vecino y no hacemos nada, hay que enseñarle a los hijos que no sean bobos y
se aprovechen de los otros. Fétidamente triste.
Mientras seguimos
imaginando que no necesariamente todo tenga que ser siempre así; que quizás espulgando dentro de
la materia fecal de la politiquería encontremos candidatos serios, con
capacidad de planeación y ejecución, que crean en que debe primar el bien
colectivo sobre el individual; mientras algunos soñamos en que este cuento no es de halar hacia la izquierda o hacia la derecha sino hacia adelante en un entorno que le de más valor a la educación y a las oportunidades sociales; mientras seguimos trabajando por sacar adelante
a nuestras familias y educando a los hijos en valores para que sean actores
positivos de una sociedad porque los grandes cambios se dan desde nuestros
pequeños universos...mientras eso pasa, los dejo con esta lista de buen rock que también nos ha
invitado a reflexionar, a rechazar el sistema y no dejar que todo siga igual de
podrido.
Rage Against the Machine -
Killing in the Name
Protesta - Nepentes
The Sex Pistols - Anarchy in the UK
Green Day - Holiday
Guns n' Roses - Civil War
Creedence Clearwater Revival - Fortunate Son
The Who - Won't Get Fooled Again
System of a Down - Boom
La Pestilencia - Que Buen Ciudadano Soy
Bruce Springsteen - Born in the USA
Buffalo Springfield - For What Its Worth
Neil Young - Let's Impeach the President
John Lennon - Working Class Hero
Bob Marley - Get Up Stand Up
Public Enemy - Fight The Power
Molotov - Gimme Tha Power
Bob Dylan - The
Times They Are A-Changin
The Rolling Stones - Street Fighting Man
R.E.M. - Ignoreland
U2 - Sunday Bloody Sunday
Crosby, Stills, Nash and Young - Ohio
Bersuit - Sr. Cobranza