Un amor de esposa lleno de
dedicación y responsabilidad, con el cual realmente vale la pena construir cosas
hombro a hombro.
Una pequeñuela de
cachetes de color rosa que es capaz de cambiar un mal día con solo su
presencia.
Una vida de madre
llena de aprendizajes, con la esperanza de un futuro mejor.
Un Ángel que desde
arriba continua acompañando el trasegar tal y como lo hizo durante su presencia
terrenal.
Un sentimiento
convertido en recuerdo que se encontró sin buscarlo y que, hace añorar el
sentirse vivo de nuevo.
Unas historias
plagadas de besos, caricias, discusiones, moteles y sonrisas envueltas en la
piel de ex-novias y amigas.
Una vida que no
alcanza para agradecerle a todas las mujeres que he tenido la fortuna de
toparme; con las que he trabajado, estudiado, bebido y amado. Desde las no
pocas que me han zapateado hasta las que me han dado los mejores momentos; las
capaces de hacer emanar lágrimas de parte y parte; las que con su sonrisa,
tenacidad y liderazgo convierten nuestra existencia en un real y mejor estado.
Desde estas líneas
en MetroRock con un cariño que trasciende
a una fecha que han vuelto comercial, quiero hacer llegar toda mi admiración y
gratitud a todas las mujeres que he conocido, a las que pasaron fugazmente, a
las que se quedaron y a las que estén por venir. Y lo hacemos a nuestro modo: con
buen rocanrol femenino.
Esta es la segunda
parte de aquel post del 2012 en el que como hoy queremos decirles: ¡Feliz mes de la mujer!. (ver http://ehzapata.blogspot.com.co/2012/03/especial-rock-mujer-mi-lista-de.html)